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ARTE URBANO
Una de las figuras más representativas del arte urbano latinoamericano.
La artista urbana mexicana Ale Poire transforma muros en espejos del alma femenina, y entrelaza la cotidianidad con la profundidad de las emociones. En su obra, hay un canto a la conexión y la ternura, desafía estereotipos y celebra la fuerza interior de las mujeres. En esta entrevista exclusiva, nos compartió su trayectoria, sus inspiraciones y la visión que la impulsa a seguir.
El estilo de Ale Poire se enmarca en el realismo y el arte figurativo, con un fuerte anclaje en el arte urbano contemporáneo. En sus murales habita el poder interno de las mujeres, que se aleja de estereotipos y abraza lo cotidiano. “He concentrado mis luchas internas en los muros y eso ha conectado mucho sobre todo con las mujeres", explica.
La paleta de colores que utiliza, lejos de ser decorativa, transmite emociones profundas: busca conexión, calma y vínculo con la tierra. Cada obra plantea un diálogo visual íntimo y poderoso. “Quiero representar lo femenino desde la realidad, no desde lo idealizado", asegura.
No trabaja sola. Es fundadora de la Sociedad de Pintoras, una colectiva de mujeres muralistas con base en Guadalajara, cuyo objetivo es visibilizar y apoyar a otras artistas, tejer redes y abrir caminos para quienes ya pintan en gran formato o buscan hacerlo.
Encuentra su inspiración en el entorno, pero también en la música, los viajes, los animales y el cine. El nacimiento de una obra está ligado al lugar donde se pintará: “Por lo general, el entorno determina lo que quiero hacer.” Aunque reconoce que el mayor reto es el inicio: “Tardo mucho en esa primera etapa. Pero una vez que tengo la idea clara, todo fluye.”
Para ella, la pintura es una herramienta de autoconocimiento. Utiliza el cuerpo como vehículo de expresión y explora lo femenino desde la contención, la ternura y la conexión con la naturaleza. Sus murales son reflejo de esa búsqueda interior y colectiva.
En el último tiempo, participó en distintos proyectos como este, que articulan arte y feminismo, enfocándose en la presencia de la mujer en el espacio público.
Ale Poire nació en Guadalajara en 1991 y se graduó como diseñadora gráfica. Antes de dedicarse a la pintura mural, sostuvo durante seis años un proyecto de diseño en madera. El arte llegó por sorpresa cuando la invitaron a intervenir la Casa de la Cultura de Amacueca, Jalisco. Ese fue el punto de partida de un recorrido que la llevó a trabajar en distintos estados de México y en países de Latinoamérica y Europa.
Durante los últimos diez años, desarrolló una intensa actividad muralista centrada en la recuperación del espacio público y en proyectos con impacto social. La suya no fue una formación académica sino comunitaria: “Me he nutrido de las y los compañeros con los que he coincidido”, afirma.
En un mundo dominado por el consumo digital, Ale mantiene una postura clara frente a las redes sociales. “Son necesarias, pero también un arma de doble filo. Lo que compartimos puede volverse un objeto de consumo desechable,” reflexiona.
Aun así, reconoce que las plataformas digitales permiten que más personas conozcan su trabajo. Y destaca el papel del arte en una sociedad saturada por lo inmediato: “Nos conecta con los sentidos, con algo que alimenta otras partes del ser.”
En sus trabajos habita un componente activista, aunque sin abandonar lo poético y lo sensorial.
De cara al futuro, Ale planea nuevas exposiciones en colaboración con artistas mexicanas, mostrar su obra y realizar un viaje a Colombia, país cuya escena artística admira profundamente. Sin embargo, más allá de los destinos, hay una motivación que la impulsa: “La mayor recompensa es la libertad que me da pintar.”
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