El arte corre por las venas de Henrique Montanari. La trayectoria del artista brasileño es una combinación de técnicas e influencias. Desde sus inicios en la pintura al óleo hasta su distintivo "sprayssionismo", el arte se entrelazó con su vida, sus luchas y su visión de un futuro esperanzador en América Latina. Toda su historia es un testimonio de resiliencia y una invitación a creer en el poder transformador de la expresión artística.

Origen

Es mundialmente conocido como EDMX. Nació en 1977 en la ciudad brasileña de San Pablo. Si hablamos de su formación académica, cuenta con una Maestría en Bellas Artes de la Universidad de São Paulo y una prolífica trayectoria en el mundo del diseño desde 1996. Esa visión creativa que posee lo llevó a explorar nuevos horizontes, trasladándose a Toronto en 2002, donde en 2003 completó un Posgrado en Animación Digital 3D en Seneca College.

Una metamorfosis constante

Para Montanari, la evolución artística es un proceso dinámico e ininterrumpido. Cree firmemente en la necesidad de un aprendizaje constante y una reinvención personal para evitar la obsolescencia creativa. En su búsqueda supo explorar nuevas tecnologías y lenguajes artísticos.

Trabaja con el realismo en escala de cinza, pero adoptó el término "sprayssionismo" para describir su estilo distintivo. Esta técnica se basa en combinar la precisión del realismo con la estética del spray, para crear obras que impactan desde la distancia. Además, integra técnicas tradicionales con recursos tecnológicos para otorgar nuevos significados a los materiales que utiliza en su proceso creativo.

Reconocimiento internacional

Tras regresar a San Pablo en 2004, EDMX dedicó una década a la animación, colaborando con importantes estudios en Brasil, Inglaterra y Estados Unidos. Sin embargo, la demanda del trabajo corporativo lo impulsó a un cambio significativo. Con su amplio conocimiento de diversas plataformas creativas, decidió enfocarse plenamente en su producción artística. Este giro lo consolidó como una figura del street art, incluso fue el único artista sudamericano incluido en el renombrado libro "Street Art in times of Corona 2020".

Ser artista en América Latina

Para Montanari, ser artista en América Latina hoy representa tanto un honor como un desafío. En un contexto complejo y lleno de contrastes, el artista asume un rol importante como voz de su tiempo, donde refleja las realidades y los sueños de su entorno.

El mensaje central que busca transmitir a través de su arte es un faro de esperanza en un mundo marcado por la adversidad. Él insiste en que "nem tudo está perdido" (no todo está perdido).

^{Grafiti de 800 m² en la Av. 9 de Julho, San Pablo. Cubre toda la parte lateral de un edificio de ocho pisos y esta integrado con un filtro de realidad aumentada en Instagram [Imagen], por Ivan Shupikov.}

Proceso creativo

La génesis de una nueva obra de Montanari es un evento espontáneo e impredecible. Las ideas pueden surgir en cualquier momento y lugar; en el bullicio del metro, la serenidad de la playa, durante una conversación casual o a partir de una experiencia personal intensa. Esta imprevisibilidad alimenta la frescura y la originalidad de su trabajo.

Describe su proceso creativo como una inmersión en la "energía caótica". Si bien realiza una investigación exhaustiva, las ideas están en constante flujo y pueden evolucionar radicalmente hasta el último momento.

La inspiración la obtiene más allá de los límites del mundo del arte, porque encuentra una musa en la vida misma, en las personas que lo rodean, la fuerza de la naturaleza y en el mismo universo.

Premios en el mundo del arte

El talento de EDMX fue ampliamente reconocido a través de prestigiosos galardones internacionales. Obtuvo el primer premio en la categoría de Mixed Media en los Global Art Awards 2018 en Dubai, fue finalista en Arte Laguna 2020 y en los Global Art Awards 2020 en Shanghái, también en Mixed Media. En los American Art Awards, cosechó múltiples reconocimientos, incluyendo el tercer lugar en Pop Art e Innovación en 2018, el segundo y tercer lugar en Pop Art y Figura Humana Acrílica en 2017, y nuevamente el tercer lugar (Innovador y Pop Art) y el quinto lugar (Expresionismo-Figura Humana) en 2018.

Un legado familiar

El camino de Montanari en el mundo del arte comenzó en la infancia, guiado por su tío, un pintor clásico. Aprendió las bases de la pintura al óleo con escenas del cotidiano, donde plasmó su visión en cada superficie disponible. Esta formación temprana sentó las bases de su comprensión del color, la forma y la composición, elementos que hoy presentes en sus obras, reinterpretados a través de una lente contemporánea.

Rock, skate y maestros antiguos

En lo que respecta a sus influencias artísticas son tan diversas como su propia trayectoria. Creció inmerso en la energía del rock y la cultura del skate, movimientos que le aportaron una sensibilidad por la contracultura urbana. Esta pasión se incorporó con su admiración por los grandes maestros de la pintura tradicional, para crear un diálogo único entre el pasado y el presente en su imaginario creativo.

Las redes sociales

Reconoce la importancia de las redes sociales en la divulgación del arte en la actualidad. Sin embargo, se encuentra en un proceso de "desintoxicación digital" y utilizarlas principalmente como una herramienta de trabajo. Una reflexión que subraya la necesidad de encontrar un equilibrio saludable en la era digital.

El arte en la sociedad

Para Montanari, el arte desempeña un papel fundamental en la sociedad actual, "arte salva", afirma. Esa visión resalta el poder del arte como medio de expresión, reflexión, crítica y, sobre todo, como una fuente de esperanza.

^{Mural realizado en 2020, durante la pandemia mundial [Imagen], por Henrique Montanari.}

Entre sus proyectos futuros, se prepara para embarcarse en la creación de un mural interactivo de gran escala (100 metros cuadrados) en la periferia de São Paulo, con el apoyo del PROAC. una obra ambiciosa que refleja su compromiso con el arte público.

La mayor satisfacción que la creación artística le proporciona a Montanari es la libertad. En el acto de pintar, dibujar o dar forma a sus ideas, él encuentra una liberación de las convenciones y una conexión profunda con su ser interior.

Henrique Montanari decidió terminar con una frase contundente: "Render-se nunca, retorcer jamais", un mensaje de perseverancia y fe en los sueños, porque anima a creer en las aspiraciones personales y a perseguirlas con determinación.

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