
Conocé a la artista de origen mexicano que logró llevar el arte urbano a las pantallas de Youtube.
ARTE URBANO

Imagen aérea de Ciudad Bolívar [Imagen], por Nathalia Angarita.
Ciudad Bolívar es uno de los sectores más poblados de Bogotá. Este lugar atravesó una transformación profunda gracias al trabajo del colectivo Bogotá Colors que creó la Calle del Color. En un territorio históricamente marcado por la pobreza y la estigmatización, los murales y las iniciativas culturales cambiaron la identidad del barrio.
El corredor artístico del Mirador del Paraíso es un atractivo turístico que atrae a visitantes nacionales y extranjeros. Los Graffitours permiten recorrer los murales guiados por habitantes locales que narran las historias detrás de cada obra. Durante las visitas, las familias ofrecen comidas típicas y artesanías, lo que genera ingresos directos para los pequeños comercios del barrio.
Los murales de la Calle del Color plasman retratos de abuelas, paisajes de montaña, referentes de la música popular y escenas cotidianas. Cada obra nace del diálogo con la comunidad y se convierte en un reflejo visual de su historia. Los vecinos participan como coautores y guardianes de las imágenes, lo que convierte el proceso artístico en un acto de apropiación del territorio.

Una revolución artística con impacto real [Imagen], por Nathalia Angarita.
La iniciativa suma más de mil metros intervenidos con arte urbano y ha convocado tanto a artistas locales como internacionales. La calle, que antes era anónima, se transformó en un museo a cielo abierto que redefine la relación entre arte y espacio público.
El colectivo Bogotá Colors, integrado por artistas callejeros y gestores culturales como Luisa Sabogal y May Rojas, impulsó la creación de la Calle del Color en el barrio Mirador del Paraíso, cerca de la estación final del TransMiCable. La iniciativa nació con la idea concreta de recuperar el espacio público a través de la pintura y fortalecer la identidad comunitaria.

Bogotá Colors confirma que el arte puede modificar la realidad social de un territorio [Imagen], por Nathalia Angarita.
Ciudad Bolívar nació a mediados del siglo XX cuando familias desplazadas y migrantes internos levantaron viviendas precarias en terrenos montañosos del sur de la capital. Con más de 700.000 habitantes, la zona se configuró como una “ciudad autoconstruida” que surgió de la urgencia, la solidaridad y el esfuerzo colectivo. Durante décadas, la localidad fue sinónimo de carencias, pero también un laboratorio de creatividad popular. En los últimos años, la fuerza del arte urbano cambió su narrativa y la transformó en un símbolo de resistencia y expresión.
Cada mural, más allá de su estética, actúa como una declaración de identidad [Imagen], por bogota.gov.co.
El fenómeno de la Calle del Color trascendió el ámbito local gracias a Instagram, Facebook y TikTok, donde los videos de fachadas pintadas y retratos colectivos se viralizaron. Los propios vecinos se transformaron en narradores digitales que difunden una imagen renovada de su territorio. De esta manera, el barrio antes asociado a la violencia se muestra hoy como un espacio cultural activo y creativo.
El uso de redes sociales amplificó la visibilidad del proyecto y permitió que otras comunidades urbanas de América Latina lo tomaran como ejemplo. La experiencia de Bogotá Colors demostró, una vez más, que el arte puede construir identidad y proyectar una nueva visión de los barrios populares.
También puede interesarte

Conocé a la artista de origen mexicano que logró llevar el arte urbano a las pantallas de Youtube.

En esta entrevista, nos revela cómo el arte precolombino desmanteló su visión inicial y la llevó a una búsqueda estética ligada a la identidad latinoamericana.